Cultura, gastronomía y belleza natural fueron los componentes clave del evento que organizó Mallorca Sotheby’s International Realty por la puesta en venta de S’estaca.
Kike OÑATE VEGA
“La situación es única: por doquier viñedos cuyo refrescante verde uniforme interrumpe aquí y allá el fusco de los algarrobos intercalados; la casa en lo alto y dominándola un bancal de palmeras; hacia el este Na Foradada cual esfinge natural; al oeste la punta de s’Aliga; al sur las abruptas laderas boscosas y, como un de nido de águilas, el mirador de Ses Pites; y al norte la mar sin límites.” Son palabras de un romántico trasnochado que mira la naturaleza como el espejo de su alma, así describe el Archiduque Luis Salvador de Austria el idílico paraje del cual se enamoró desde el primer día y razón por la cual adquirió tantas possessions entre Valldemossa y Deià, con la cautivadora omnipresencia de Na Foradada, y bajo la sombra tutelar del territorio luliano de Miramar.
Si uno se asoma a la terraza central de la residencia, hacia la rompiente, entre el follaje de arbustos y pinos verá unas casitas de piedra que cuelgan del acantilado, mientras abajo las barcas se recuestan sobre la pendiente como si estuvieran a punto de precipitarse al Mediterráneo. La construcción de este pequeño lugar, escondido entre los abruptos precipicios de la costa Norte, no fue ni más ni menos que idea del propio Archiduque para facilitar la vida de los habitantes de la zona, los cuales podían pescar cuando el tiempo y la mar lo permitieran y, cultivar los viñedos de la propiedad cuando esta no les dejase navegar. Hoy en día, únicamente una de esas exclusivas casitas forman parte del nombre de la propiedad de S’estaca conocida por ser sus propietarios, Michael Douglas y su ex mujer Diandra Luker.
Aunque protagonista, en este caso, la finca, ya que hace tan sólo unos meses se ha puesto en venta en exclusiva a cargo de la inmobiliaria Mallorca Sotheby’s International Realty. La familia Douglas ha sabido mantener el estilo de la construcción tanto exterior como interior. La descripción dada por el propio Archiduque sobre como dirigió su diseño en 1878, de estilo siciliano con alguna que otra veleidad norteafricana, no ha variado demasiado y ello muestra el respeto hacia su aspecto y ambiente rural.El día amaneció nuboso, pero a media tarde despejó y el cielo recobró su característico azul celeste, haciendo del lugar y el momento un verdadero espectáculo de luces y sombras, todo ello, claro está, bajo la atenta mirada de Na Foradada.
La presentación de la villa empezó sobre las ocho de la tarde, con la llegada sucesiva de los invitados, personalidades destacadas de la sociedad mallorquina e internacional, comenzando por Susi y Paul Kempe (Propietarios de Balearics Sotheby’s International Realty), Alenka Topleck (Consulting Golf Co.), Jerry Begner (Director en el EFG Banf London), Louise Huterstein, (Real State developer in Mallorca) Angelika & Max Bohrer ( Oficina Familiar DE), Manuel Santos (Private bank in Madrid), Joaquín Francisco Cotoner ( Banco Satander), Guillermo Deszcallar y Cristina Gómez (Illes Lex), Antonio Coll & Pilar Marqués (Banca March), Patricia Zapata (Real State) , Walter Smerling (Stiftung für Kunst und Kulture e.V.), Miguel Magnier (French Consul in Mallorca), Barbara Bergman & Klas Käll ( Rialto living Conecpt Store), Daniel Danés (DDS abogados), Álvaro Delgado (Notario), Francisco López Hinojosa ( Bufete Staubach), Nathalia Rigo ( Swedish Consul), Otto Cameselle Montis & Sra. (Bufete Montis), Patricia & Jacob Asbaerk ( Danish Gallery Association, Chairwoman of Art Forum Berlin, Art Forum Berlin Advisor Board since 2001), Thomas Midzieslski von Kachel & Ehud Gat (Real State developer, Managing Director, Project Development Managers), Joaquín Estevez Moncau (Banco Mediolanum), el acontecimiento fue de exclusividad para el periódico británico Sunday Times con la presencia de Emma Wells como periodista.
Todos los asistentes pudieron visitar cada rincón de la casa principal y las demás edificaciones guiados por la que es directora de Mallorca Sotheby’s Internationa Realty, Alejandra Vanoli, artífice del evento, además de haber sabido escoger acertadamente la banda sonora de la velada, respaldada al son de un cuarteto Barroco que interpretaba a Bach y Händel. De la comida se encargó el personal de cocina de S’estaca logrando sorprender el paladar de los asistentes con ese sabor a tierra a partir de productos recién cosechados de la huerta. Discreto y a la vez exquisito. Y como muchos esperaban, todo ello acompañado del esperado vino de los Douglas que nunca falta cuando hay visitas.
El encuentro se fue apagando con la llegada de la noche, las últimas luces coloreaban de tonos rojizos y rosados los riscos traseros del lugar, el mar se obscurecía y el ambiente al fin refrescó, regalando otro día más un espectacular atardecer. Júpiter y Venus a poco de ponerse el Sol, y antes de que brillasen las primeras estrellas, fueron los galanes del cielo nocturno.
El porvenir de sa possessió
Sin duda el lugar rezuma de historia, pasión y seducción; historia por haber sido la casa de quien fue uno de los últimos de la larga dinastía imperial de Hasburgo y pasión por su moixa valldemossina, Catalina Homar, pero sobre todo, seducción, la que este pequeño rincón de la Sierra de Tramuntana, que tan bien ha sabido preservar su esencia mediterránea que le caracteriza, este territorio entre el mar y las montañas que tanto enardeció al Archiduque. Ahora después de tantos años a cargo de los Douglas, la finca se ha puesto a la venta y la prestigiosa inmobiliaria Mallorca Sotheby’s International Realty se hace cargo de ello.
¿Quién será su próximo propietario? Quien sabe, aunque deberá de poseer un gran patrimonio para afrontar la enorme suma que se pide por ello. Pero ante todo, la sensibilidad por la naturaleza y la cultura serán ingredientes necesarios, cosa que el dinero no puede comprar.
El que adquiera la finca de S’estaca, tendrá que tratarla como a una amante, atenderla y cuidarla con especial intimidad. De la misma manera en que lo hizo el Archiduque Luis Salvador con su apreciada Catalina Homar.